Katharina Detzel fue internada en un manicomio en 1907, tras
sabotear las vías de un tren como acto político de protesta. Estuvo encerrada
en un asilo muchos años, durante los que no cesó de luchar contra el trato que
recibían los internos. Era continuamente castigada por su comportamiento, lo
que no le impidió escribir una obra de teatro, ni intentar crear una guardería
o protestar contra la prostitución. Fabricó un muñeco de proporciones humanas
con cuerdas y tela de su propio colchón. El monigote representaba a los médicos
y le servía como saco de boxeo para descargar su ira contra los que, ella opinaba,
eran los auténticos locos. Esta activista que, según indican los hechos, fue cruel
e hipócritamente reprimida, terminó pasando a formar parte de la
historia como una oscura artesana del art brut:
(fuente: elhombrejazmín.com)
1 comentario:
Guáu¡¡
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