miércoles, 27 de abril de 2016

LOS 5 LIBROS MÁS ALUCINANTES DE PHILIP K. DICK

La premisa básica que domina mis cuentos es que si llego a conocer a una inteligencia extraterrestre (comúnmente denominada una «criatura del espacio exterior») podría encontrar que tengo más que decirle a ella que al vecino de al lado.
Philip K. Dick

Devorar ciertos libros de Philip Kindred Dick (1928-1982) es lo más parecido en literatura a cenar hongos alucinógenos remojados en chocoyote (Chocolate Abüelita, bien calientito, con peyotes).
La existencia de otros mundos es uno de los principales temas de escritores de fantasía como Clive Barker o Neil Gaiman. Para P. K. Dick, el tema no era la existencia de otros mundos, sino la inexistencia de este.
Como buen chalado medio esquizo-paranoide, solía urdir tramas en apariencia confusas pero con gran rigor interno, donde la realidad y/o lo que entendemos por ella es sistemáticamente atacado:
"El preciso momento cuando el lector de Philip K. Dick sufre de vértigo, no es cuando la realidad se ha expuesto como una falsedad,  sino cuando el segundo nivel de realidad, el supuestamente verdadero, se sospecha de que también es apócrifo."
Entre más desquiciada esté la trama de una novela de P. K. Dick, más se encuentra en ella el Dick más vanguardista, pero también el que más ha influido en la literatura y los medios audiovisuales. Por eso lo que toca hoy es enumerar sus libros más locos. Philip K. Dick en estado puro.

 (Arriba: fragmento de A Scanner Darkly, película de 2006 dirigida por Richard Linklate, basada en el libro homónimo de Philip K. Dick)

Curiosamente, esos enredos demenciales en que se ven atrapados los personajes de Philip K. Dick han resultado ser de gran beneficio para el cine.
Parafraseando a Alfred Hitchcock, Dick pudo haber dicho: "La paranoia es lo más cinematográfico que hay". Hitchcock opinaba eso de la persecución, algo muy relacionado con la paranoia, por cierto.
Si se piensa bien, tiene sentido. Porque el cine mismo es la construcción de otra realidad, una realidad que no existe, una alucinación asistida por efectos especiales y un dvd. O un usb.
Algunas de las películas que más me gustaron en mi lerda juventud se sirven de esa estructura descerebrada a lo Philip K. Dick, que juega con varias capas de realidad. Y no me refiero sólo a las adaptaciones de su obra, también pienso, por ejemplo, en películas como Matrix y en mucha de la CF japonesa, desde el Avalon de Mamoru Oshii hasta dos largometrajes de animé realizados en 2006, ambos basados en textos del escritor Yasutaka Tsuitsui: La Chica que saltaba a través del tiempo (Toki wo kakeru shōjo), dirigido por Mamoru Hosada, y Paprika, de Satoshi Kon (1963-2010).
Kon realizó casi toda su obra fílmica alrededor de esas estructuras: analizó la paranoia esquizoide en Perfect Blue (1997) y Paranoia Agent (serie de animé, 2004), relacionó la demencia senil con la historia del cine en Millenium Actress (2001) y rompió la barrera entre sueño y vigilia en Paprika.
Otro cineasta con similares búsquedas (uniendo a las tramas enrevesadas un gusto por la división de la pantalla a lo M. C. Escher) es el francés Michel Gondry, que ha realizado sus experimentos principalmente en el campo del videoclip. De su cooperación con Charlie Kaufman, genial guionista neoyorkino que también es deudor de las estructuras "dickianas", salió Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004). Otros guiones de Kaufman que siguen esa línea: Being John Malkovich, dirigida por Spike Jonze en 1999, y Sinecdoche, New York, dirigida por el mismo Kaufman en 2008.
Afortunadamente, es fácil encontrar en la red listas de las obras de K. Dick adaptadas al cine y la televisión. En un recuento de ese tipo no podrían faltar novelas como "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" -Do Androids Dream of Electric Sheep?, que inspiró la película Blade Runner, dirigida por Ridley Scott en 1982- y "Una mirada a la oscuridad" -A Scanner Darkly-, que inspiró la película del mismo nombre dirigida por Richard Linklater en 2006-; y relatos cortos como "Podemos recordarlo todo por usted" -We Can Remember It for You Wholesale-, que sirvió de base a la película Total Recall, realizada por Paul Verhoeven en 1990, "Impostor" -adaptada al cine por Gary Fleder en 2001-, Minority Report -llevada al cine por Steven Spielberg en 2002-, o "La paga" -Paycheck-, que inspiró la película homónima de John Woo, dirigida en 2003.
Por otro lado, un "top" de las obras consideradas "canónicas" de este autor, debería incluir al menos tres títulos más ("Tiempo de Marte", "El hombre en el castillo", "Confesiones de un artista de mierda") aparte de los mencionados a continuación.


1- Los tres estigmas de Palmer Eldritch. The three stigmata of Palmer Eldritch1965

Creo que la paranoia, en algunos aspectos, es la evolución en los tiempos modernos de un antiguo y arcaico sentido que los animales de presa todavía poseen: un sentido que les advierte de que están siendo observados... Estoy diciendo que la paranoia es un sentido atávico. Es un sentido persistente, que tuvimos hace mucho tiempo, cuando éramos, o nuestros antepasados eran, muy vulnerables a los depredadores, y este sentido les advertía de que estaban siendo observados, y eran observados por algo que, probablemente, iba a atacarles... Mis personajes poseen a menudo ese sentido…
Philip K. Dick en una entrevista realizada en 1974























"Dios promete la vida eterna. Nosotros la damos".
Así reza el slogan con el que se comercializa la droga Chew-Zi. Quienes la consumen, experimentan sensaciones y situaciones similares a la vida de ultratumba, según se concibe en algunas religiones. La Chew-Zi permite vivir “eternamente”, eliminando aparentemente el tiempo y el espacio. Los vendedores de esta nueva droga intentarán inundar el mercado enfrentándose al monopolio de la Can-D, otra potente sustancia que, usada junto al popular juego de mesa con muñecos Perky Pat, permite tener alucinaciones consensuadas en grupo.
Los tres estigmas de Palmer Eldricht arranca de forma más o menos normal, contándonos sobre esta guerra de drogas, y luego nos conduce a un juego de espejos cada vez más confuso, agregando capas y capas de realidad y de irrealidad, yendo del viaje religioso a la pesadilla:
Supongamos que quiera construir mi propio universo -dijo Leo-. Quizás en mí también hay algo de malvado, algún aspecto de mi personalidad que desconozco. Esto podría hacerme producir una cosa todavía más fea que la que tú has creado (Los tres estigmas de Palmer Eldricht).

Para muchos es la mejor obra de K. Dick. Para otros es un barrullo difuso. Pero parece haber consenso en que es la novela más extrema de Dick, la que experimenta más con la estructura y la confusión entre niveles de realidad, tiempo y espacio. También es una de las más divertidas.

Aquí encontramos al Dick más psicodélico. Religión, drogas, androides, colonias en Marte, premoniciones y precognitores, todos los temas que uno esperaría encontrar en un libro de él, a la veinteava potencia. 
Esa fue probablemente la razón por la que John Lennon intentó producir una adaptación al cine, según cuentan. Pero no por esa anécdota desprecien al libro, les juro que si John Lennon entendió algo, fue sólo porque estaba hasta el queque de LSD, droga que (al parecer) Philip K. Dick probó hasta algunos años después de haber escrito la novela, lo que sólo confirma lo mucho que se parece la esquizofrenia a los viajes inducidos por drogas alucinógenas.
Para mí, esta es la novela que debió no-dirigir Jodorowski (Con eso de que sus mejores películas son las que acaba no haciendo).
(Arriba: poster tailandés de la película Total Recall, dirigida en 1990 por Paul Verhoeven, basada en el relato de Philip K. Dick “Podemos recordarlos todo por usted” -We Can Remember It for You Wholesale-, de 1966)
(Abajo: Arnold Schwarzenegger luce su sonrisa más coqueta para una escena de Total Recall):
(…Pero en la película había rostros aún más sexys, como lo muestra esta portada de la revista Fangoria de agosto de 1990):
2- Cuentos completos VEdición digital en español de Sadrac. 2003

En estos cuentos, sin embargo, recuerdo que en cada caso, antes de que me sentara a escribir, tenía que tener una idea. Tiene que haber un concepto real: una cosa real desde la cual el cuento está escrito. Tiene que existir siempre la posibilidad de decir, «¿Has leído el cuento sobre...?» y ahí saber sobre qué era. Si la esencia de esta idea (como el Dr. Willis McNelly sostiene), si en realidad la idea es el verdadero «héroe», entonces el cuento de CF probablemente mantiene la forma de CF por excelencia, con la novela de CF girando tontamente, una expansión en todas sus ramificaciones. La mayoría de mis novelas son expansiones de cuentos anteriores, o fusiones de varios cuentos, superimposiciones. El germen descansa en el cuento; en un sentido muy real, que es su verdadera destilación. Y algunas de mis mejores ideas, que significa la mayoría en mí, nunca las podría expandirlas en forma de novela. Ellas existen sólo como cuentos, a pesar de todos mis esfuerzos.
Philip K. Dick. Notas de CUENTOS COMPLETOS V. «Afterthought by the Author», 1976.



Cualquier lista o “top” de los mejores textos de Philip K. Dick debería incluir algunos títulos de sus cuentos.
Gran parte de las adaptaciones de su obra al cine y la TV están basadas en relatos cortos.
El tomo V de sus “Cuentos Completos” ha tenido una historia algo desafortunada en el mundo hispano:
“Los cinco tomos que constituyen los «Cuentos completos» de Philip K. Dick fueron publicados por primera vez en Estados Unidos en 1987, cinco años después de la muerte de su autor…
Al año siguiente, la editorial Martínez Roca compró los derechos para editar estos escritos en lengua española, y así ven la luz los primeros tres volúmenes: «Aquí yace el wub» (1989), «La segunda variedad» (1991) y «El padre-cosa» (1992). Pero los anhelados volúmenes cuarto y quinto, previstos para 1993 y 1994 respectivamente, jamás fueron publicados. Fue entonces cuando la casa editora atravesó dificultades económicas que derivaron en su desaparición (Sadrac. Nota de la edición digital de CUENTOS COMPLETOS V, 2003)”.
Fue hasta el año 2009 cuando Ediciones Minotauro retomó la impresión del quinto libro, “pero la publicación de este esperado volumen está ensombrecida por un inesperado error cometido por Minotauro al olvidar el relato estrella de esta última entrega: WE CAN REMEMBER IT FOR YOU WHOLESALE, el cuento que inspiró la película DESAFÍO TOTAL del director holandés Paul Verhoeven (http://www.ciencia-ficcion.com/opinion/op01758.htm)”.
Para estos comentarios preferí basarme en la edición digital (que pueden encontrar aquí o aquí) realizada por el buen Sadrac en 2003, 6 años antes que saliera la (incompleta) versión en papel.
Los cinco volúmenes de los Cuentos completos de Philip K. Dick merecen ser reídos y releídos, pero es el Tomo V el que escogí para este listado, no sólo por contener una parte importante de su obra de madurez, sino también porque es precisamente en uno de los relatos de este libro donde se muestra, mejor que en ninguna novela del propio Dick, el lado más terrorífico de sus conocidos delirios religiosos.
Los cuentos de esta colección son intentos de recepción, oír voces de otros lugares, muy lejanos, suena bastante vago pero importante. Ellas llegan sólo tarde en la noche, cuando los sonidos e incoherencias del trasfondo de nuestro mundo se han disipado. Cuando los periódicos han sido leídos, los televisores apagados, los auto aparcados. Entonces, imprecisamente, oigo voces desde otra estrella (lo he cronometrado una vez, la mejor recepción es entre las 3.00 y las 4.45 de la madrugada).
Por supuesto, no suelo decir esto cuando la gente me pregunta: «¿De dónde saca sus ideas?». Sólo digo que no lo sé. Es más seguro. (Philip K. Dick. Texto usado en las Notas de CUENTOS COMPLETOS V y que apareció anteriormente en THE BEST OF PHILIP K. DICK bajo el título de «Afterthought by the Author», en 1976).
¡¡Por fin, &%$# Mr. Dick, decídase!! Lo que provoca sus cuentos, ¿es una idea?, ¿o una voz llegada del espacio exterior durante la madrugada, y cuyo origen puede ser lo mismo una deidad que un pulposo invasor extraterrestre?!

ALGUNOS DE LOS MEJORES RELATOS DE “CUENTOS COMPLETOS V”:

-En LA PEQUEÑA CAJA NEGRA (The Little Black Box1964) y EL ARTEFACTO PRECIOSO (Precious Artifact. 1964) se tratan temas que K. Dick desarrollaría más tarde en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep?, 1968), que inspiró la película Blade Runner (Ridley Scott,1982).
En las notas de “EL ARTEFACTO PRECIOSO”, Dick habla de la enrevesada estructura de sus obras:
Este cuento usa una lógica peculiar que generalmente uso, la cual la Profesora Patricia Warrick notó en mí. Primero tienes a Y luego haces una escaramuza cibernética y tienes a no-Y. Está bien, ahora lo revuelves otra vez y tienes no-no-Y. Bueno, la pregunta: ¿Es no-no-Y igual a Y? ¿O es dependiente de no-Y? En esta historia, tenemos el caso de Y pero descubrimos que el opuesto es verdadero (no-Y). Pero después eso tiende a no ser cierto, ¿entonces volvemos a Y? La Profesora Warrick dice que mi lógica concluye con que Y es igual a no-Y. Yo no estoy de acuerdo, pero no estoy seguro con qué concluiría.
Sea lo que sea, en términos de lógica, está contenido en esta particular historia. De cualquier manera, inventé una nueva lógica o, ejem, no estoy jugando con la baraja entera. (1978).

-El relato UNA ODISEA EN LA TIERRA (A Terran Odysseyfue armado por Philip K. Dick en 1987 con algunos de los fragmentos más interesantes de su novela postapocalíptica El doctor Moneda Sangrienta (Dr. Bloodmoney, or How We Got Along After the Bomb), escrita en 1964.


-SU CITA SERÁ AYER (Your Appointment will be Yesterday. 1966) es un excelente juego verbal con el tiempo, que me recordó a otro gran cuento: Viaje a la Semilla (que se puede leer aquí), del cubano Alejo Carpentier.
(Arriba: Paul Verhoeven eligió la Ciudad de México para filmar algunas escenas de Total Recall con el fin de beneficiarse del “nuevo brutalismo” en la arquitectura de la posmoderna y caótica capital del paupérrimo país vecino, y de paso ahorrarse una buena pasta en construcción de sets. Aquí podemos ver a Arnold Schwarzeneger corriendo en las futurísticas estaciones de…¡sí, señores!, ¡Metro Chabacano y Metro Insurgentes!)

-PODEMOS RECORDARLO TODO POR USTED (We can Remember it for You Wholesale, 1964) es el cuento más conocido de esta antología por haber servido de base a la película Total Recall (Paul Verhoeven, 1990)… y también es el relato que olvidaron poner los amigos de Minotauro en la primera edición impresa de 2009. El principal tema de K. Dick, la identidad, es analizado aquí a través de la mirada de un protagonista que, como los personajes del relato Impostor o de la novela Fluyan mis lágrimas, dijo el policía; ve derrumbarse sus certezas y su idea misma de la realidad cuando le dicen una y otra vez que no es lo que cree ser, sino algo muy, pero que muy distinto.

-LA FE DE NUESTROS PADRES (Faith of Our Fathers, 1967) es para mí el mejor relato de Philip K. Dick. En él se mezclan de forma muy lograda Ciencia ficción y horror, una de mis combinaciones favoritas. Este texto y Los tres estigmas de Palmer Eldricht son los dos títulos de Dick que me llevaría a una isla desierta, aunque aún no sé para qué carajos iría a una isla desierta.
La relación –tan estrecha y tan evidente, pero tan comúnmente ignorada- entre religión y paranoia, la posibilidad de que el horror esté aquí, son algunos de los temas que se desenvuelven en esta historia con la antinaturalidad de una alucinación, de un mal viaje.
Curioso que, pocos años antes de su muerte, Dick intentara medio renegar de La fe de nuestros padres –como muestran las notas al cuento -. Al igual que otro escritor que sufrió delirios religiosos hacia el final de sus días, Nikolai Gogol, K. Dick pareció arrepentirse en algún momento de la parte más revulsiva de su obra.

-LA HORMIGA ELÉCTRICA (The Electric Ant, 1969) es otro de mis cuentos favoritos de Philip K. Dick.
Como en We can Remember it for You Wholesale o Impostor, al protagonista le irá tan lindo como a una víctima de los Khmers rojos en Camboya, con el lío aquel de la falsa identidad. Hay algo en esta historia que es muy triste y a la vez horrible. De algún modo, es una adaptación a la Ciencia Ficción de cierto pasaje de Alicia a través del espejo (Through the Looking-Glass, and What Alice Found There, 1871), de Lewis Carroll.

Cuentos como LAS PREPERSONAS (The Pre-Persons, 1974) y EL OJO DE LA SIBILA (The Eye of the Sibyl, 1987), muestran en cambio al Philip K. Dick más pater noster y reaccionario, al norteamericano preocupado por los valores familiares, amigo de Heinlein y admirador del bobalicón John F. Kennedy, que también hay algo de esto en K. Dick, por qué no decirlo. El primer relato es un alegato antiaborto y el segundo una enésima oda a la imperialista PAX USA.
Confieso que no me interesa mucho el Dick animal político (sus ideas políticas eran a menudo chabacanas, acordes con el anticomunismo de guerra fría estilo Jospeh McCarthy que difundían la radio, prensa y televisión de su época), ni el religioso mesiánico (su cristianismo de la última época no convence a mi saludable paladar caníbal), sino el narrador. No el narrador, pero si aquel que mueve los hilos del narrador: el rakugoka.

-En QUISIERA LLEGAR PRONTO (I Hope I Shall Arrive Soon1980) se nos cuenta otro caso de enfermos psicóticos, valiéndose de un recurso tópico de la pulp fiction para hablar de desequilibrios mentales: los largos viajes interplanetarios.

-EL CASO RAUTAVAARA (Rautavaara's Case1964), al igual que LA FE DE NUESTROS PADRES, se emparenta en su blasfemia y mala leche con la divertida película de clase B Dios me lo ordenó (God told me to), dirigida en 1976 por Larry Cohen.
...Y este cuento Sí que sació mi paladar caníbal.























3- Ubik. Ubik. 1969

El hombre no contiene al muchacho, sino a los hombres que le precedieron.
Philip K. Dick. Ubik


Una de las novelas de P. K. Dick con mejor armazón. Tantea en la psicodelia y en la des-dibujación del mundo, como Los tres estigmas de Palmer Eldricht, pero valiéndose de una geometría simétrica más cercana a la de El Hombre en el castillo (The man in the high castle. 1962).

Precognitores que leen el futuro vs. agentes anti-pisiónicos, capaces de anular los poderes mentales de otras personas; tanques criogénicos de suspensión que mantienen a sus centenarios y bicentenarios habitantes en estado de semi-vida; sabotajes terroristas en la Luna; confusiones entre quién está muerto y quién ha sobrevivido; graffitis soeces en los baños  -“De cagar y joder yo no me privo, os dice a los muertos el que está vivo”- que sirven de clave para interpretar el universo; y alrededor de todo, un extraño nuevo producto que promete salvarnos de la entropía, sacarnos de la vejez, arrancarnos de la muerte: UBIK.

Uno de los detalles más logrados del libro es el modo tragicómico, de película Slapstick de cine mudo, en que se traduce a la narrativa la aplicación del segundo principio de la termodinámica. El universo se vuelve inmensamente hostil al correr en cámara acelerada y hacia atrás, y los protagonistas alcanzan la altura de héroes pobretones, a lo Chaplin o Buster Keaton, por el modo en que sortean a una materia en franca desintegración y a unos objetos nada amigables ni obedientes a las sagradas leyes de la física -que son, entre los objetos, el equivalente a las normas de urbanidad y buenas maneras, el Manual de Carreño de las cosas-.

Alrededor del año 2011, el director de cine Michael Gondry intentó realizar una adaptación al cine de esta novela, pero no le convenció el guión ni atinó a encontrar una estructura dramática que sirviera a la película. Pareciera que el Dick más extremo, el de Los tres estigmas… y Ubik, sigue estando más allá de las posibilidades del noveno arte (…Pero bueno, Gondry no pudo llevar al cine ni siquiera a Synecdoche, New York, de Charlie Kaufman, y fue este último quien terminó filmando su propio guión).



















4- Fluyan mis lágrimas, dijo el policíaFlow my tears, the policeman said. 1974
“La realidad negada regresa para atormentar”
Philip K. Dick. Fluyan mis lágrimas, dijo el policía

El famoso cantante y estrella de la TV Jason Taverner se despierta una mañana para descubrir que de repente es un completo desconocido. Ni siquiera tiene documentos de identidad: han desaparecido. Tampoco hay registro sobre él en las extensas bases de datos de la policía y el gobierno. Ni sus seguidores, ni sus amigos, ni sus enemigos, tienen el menor recuerdo de él.
Hay obras de Philip K. Dick que tienen nombres largos, poéticos, melancólicos, con un toque de ironía, como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep?), como esta novela, cuyo título calza muy bien con el humor tristón de la historia.
Al escribir este libro, Philip K. Dick caminaba sobre terreno harto conocido. Hacia 1974, los años le han servido para afinar por el lado del sentimiento sus historias sobre la perdida de la identidad, o mejor dicho, sobre lo ilusorio de la identidad.
Fluyan mis lágrimas es el título de una obra para laúd que a Dick le gustaba escuchar, compuesta en el siglo XVI por John Dowland:

¡Fluyan mis lágrimas, caídas de sus manantiales!
Exiliado para siempre, dejadme llorar.
Permitidme que viva olvidado,
donde el negro pájaro nocturno canta su tristeza.

En las novelas de Philip K. Dick (y también en la vida real) la existencia es demasiado frágil, cuelga del hilo de las palabras, a punto de caer y desaparecer. Y eso lo padece en sus obras hasta el mismo espacio:
En sí mismo, el espacio no es exclusivo. De hecho, el espacio, en sí mismo, no existe en absoluto (Philip K. Dick. Fluyan mis lágrimas, dijo el policía).

5- Ojo en el cieloEye in the sky. 1957

En primer lugar, definiré lo que es la ciencia ficción diciendo lo que no es. No puede ser definida como "un relato, novela o drama ambientado en el futuro", desde el momento en que existe algo como la aventura espacial, que está ambientada en el futuro pero no es ciencia ficción; se trata simplemente de aventuras, combates y guerras espaciales que se desarrollan en un futuro de tecnología superavanzada. ¿Y por qué no es ciencia ficción? Lo es en apariencia... Sin embargo, la aventura espacial carece de la nueva idea diferenciadora que es el ingrediente esencial. Por otra parte, también puede haber ciencia ficción ambientada en el presente: los relatos o novelas de mundos alternos. De modo que si separamos la ciencia ficción del futuro y de la tecnología altamente avanzada, ¿a qué podemos llamar ciencia ficción?
Philip  K. Dick

Esta última posición estaba reservada para alguna de las consideradas obras menores de Philip K. Dick.
Merecen figurar aquí, por ejemplo, la extrañísima novela corta Podemos construirle (We Can Build You. 1972), o Deus Irae (escrita en colaboración con Roger Zelasny en 1976), o la que suele ser descrita como “la principal de sus obras menores”, Los clanes de la Luna Alfana (The clans of the alphane moon. 1964), un relato marcadamente humorístico y lleno de gags, como aquel que da origen a la historia: Una luna que sirvió de centro de cuidados psiquiátricos fue abandonada por el resto de los humanos durante 25 años, y cuando estos regresan se encuentran con una sociedad ordenada y dividida en siete clanes que se medio atacan y se medio llevan entre sí: Los Pari (o paranoides), los Manis (o maníacos), los Hebes (hebefrenicos), los Esquizo (esquizofrénicos), los Polis (Perversos polimorfos), losDep (Depresivos) y los Ob-com (Obsesivos compulsivos).
En Ojo en el cielo se prefiguran temas que Dick volvería a tratar en obras futuras. En esta ocasión lo hace de forma aún demasiado ordenada. Ya revolvería mejor sus barajas en próximas novelas.
En el libro hay también algo de aquel K. Dick mencionado anteriormente, el cargoso defensor del american way of life, ¿y a quién le importa? Son mucho más abundantes las dosis de extrañeza y originalidad.
Estamos ante una novela “menor” pero muy divertida, que se asemeja a esos extraños churros cinematográficos que empiezan como historias muy desmadrozas de clase B y acaban teniendo un sentido más profundo del que esperábamos encontrar en bazofias de tal calaña. Algo similar ocurre en películas como La invasión de los usurpadores de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, dirigida en 1956 por Don Siegel)  o La Galaxia del Terror (Galaxy of terror, de Bruce D. Clark. 1981).
Una de las primeras obras de Philip K. Dick donde la paranoia esquizoide lleva la batuta.
(Arriba: Portada de  Deus Irae, novela corta escrita en colaboración con Roger Zelazny en 1976, que mezcla paisajes postapocalípticos y semidesérticos, estilo Mad Max, con delirios metafísicos y humor negro)

PARA TERMINAR, DOS RECOMENDACIONES MÁS 
PARA LOS ADICTOS A PHILIP K. DICK:

1- En el blog LA DÉCIMA VÍCTIMA, realizado por Llosef, "otro espectro", abundan informadas reseñas de literatura pulp raruna y una excelente serie de podcasts sobre escritores y escritoras de fantasía, terror y ciencia ficciónPhilip K. Dick incluido.

2-Visiten la nueva página de Puroshuesos: PEQUEÑA GUÍA TURÍSTICA DE LITERATURA PARA FRIKIS, FANTASMAS Y MORIBUNDOS:
LIBROS E HISTORIETAS, RESEÑAS, TOPS Y LISTAS.

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