Para mí, el blues murió cuando se inventó la guitarra eléctrica. Robert Johnson, Bessie Smith, Charlie Patton, Leadbelly o Blind Willie Johnson, por mencionar algunos de mis santos del blues, pertenecen casi más al siglo XIX que al XX. A principio del siglo XXI, bandas como Pine Hill Haints, de Alabama, intentan mantener algo de ese espíritu. Con su pantanoso bluegrass/folk/honky tonk/country, que se luce en canciones como Garden Of The Dead y Walking Talking Dead Man, podremos remontarnos a ese tiempo en que bastaba ser descendiente de esclavos (¿y quién no lo es en centroamérica?), pararse junto a una cruz de muerto en un cruce de caminos y dibujar una estrella de cinco puntas, para que se nos apareciera el demonio y nos diera la magia de resumir en 12 compases todo el dolor del mundo...
1 comentario:
Discazo!
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