Fernando de Fuentes, gran cineasta mexicano que fue pionero en el descubrimiento de géneros (dirigió la película más represantiva del cine de la revolución: Vámonos con Pancho Villa!, que en su sombrío pesimismo es toda una obra maestra del cine bélico, además de crear la comedia ranchera oon Allá en el rancho grande), hizo aquí la primer película en realidad destacada del cine de terror mexicano, cuando al parecer se habían hecho sólo otras 2 películas de corte gótico en ese país: Dos monjes y una primera versión de la leyenda de La llorona...
Loable aportación al cine de terror. Si el hecho de estar inspirada en las leyendas de Bécquer no fuera suficiente aliciente, el film nos deleita con más de una impactante y grotesca imagen que hará las delicias de los aficionados al género.
Estén atentos, que pronto continuaremos con este ciclo de cine.
4 comentarios:
Se ve genial, ¿será como la versión mexicana de Nosferatu?
Algo así, la infuencia del cine expresionista es obvia, y loable el traspasarla a historias y atmosferas netamente latinoamericanas, el convento donde se desarrolla es en la actualidad un museo de arte y pintura oolonial, en él está la serie de pinturas sobre la muerte que subí a la entrada "La muerte en el arte colonial mexicano"
Sr. Muerte, eh aqui un adepto, jajaja, excelente post!
Extraordinaria película con una atmósfera que se incrusta en cada poro de la piel. Fue filmada en el antiguo Colegio Jesuita de San Martín y San Francisco Javier, actualmente Museo Nacional del Virreinato, que se localiza en la población de Tepotzotlán, Estado de México.
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