El cementerio de la Recoleta, habitado por los esqueletos de varios argentinos célebres.Aquí los muertos tienen casas más lujosas que las de la mayoría de los vivos...
En el mausoleo de la familia Casares no hay ninguna placa recordando que aquí yace mi escritor argentino favorito, Adolfo Bioy Casares (1914-1999), cosa que a su fantasma, según me platica, le agrada mucho...
Es costumbre en este cementerio no enterrar a los muertos, sino dejar sus féretros a la vista de la gente...
En una disputa, el Sr. Carril prometió que no le volvería a dirigir la palabra a su mujer, promesa que cumplió hasta su muerte. Antes de morir, fue voluntad de la señora que su efigie quedara a espaldas de la de su marido, para continuar su pleito más allá de la muerte...
Artistas espontáneos mejoran las esculturas de plañideras y yacentes...
Gatos y más gatos viven en los mausoleos, compartiéndolos con los muertos...
Una foto dice más que mil cruces...
Y con este símbolo de la vida rodeada por la muerte, nos despedimos de este alegre lugar, para ir a echarnos unas chelas por ahí...
(Foto-reportaje de Nicolás L. C.)
8 comentarios:
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La ultima imagen no es exactamente una celebracion de la vida, es una mariposa o quizas una polilla nocturna, que segun es fama tienen una vida efimera. Son, como las calaveras, un memento mori, o sea un recordatorio de la muerte, de lo efimero de la vida.
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