(Que compuso FRANCOIS VLLON esperando ser ahorcado
junto a sus compañeros por sus fechorías)
Primero estudiante y maestro de la Soborna, luego borracho, ladrón y asesino condenado a la horca, Francois Villón, feo y pobre, “seco y negro como escoba de horno”, fue sobre todo un poeta sin ilusiones, descarnado, autor de poemas que nos llevan de viaje por los burdeles, cementerios, patíbulos, tabernas y barrios bajos del Paris de la edad media. Está considerado el primer poeta maldito del mundo occidental.
Hermanos humanos que viviréis tras nuestra muerte,
no tengáis contra nosotros endurecido el corazón.
Y si se compadecen de nosotros, infelices,
Dios premiará vuestra consideración.
Vednos suspendidos aquí a cinco, a seis,
y la carne, que tan a menudo alimentamos,
está siendo consumida en pedazos y se pudre,
y los huesos, convertidos en ceniza y polvo.
¡Que nadie se burle de nuestra desgracia,
mejor rogad a Dios que se digne perdonarnos!
La lluvia nos ha mojado y lavado,
el sol, desecado y ennegrecido
los pies, las rodillas: tenemos los ojos hundidos
que nos han cavado urracas y cuervos,
y arrancadas la barba y las cejas.
Nunca permanecemos quietos;
de acá para allá, igual que el viento varía,
así, a su placer, sin cesar nos agita.
Más picoteados por las aves que un dedal.
¡No os hagáis de nuestra cofradía,
mejor rogad a Dios que se digne perdonarnos!
(ENVÍO)
¡Señor Jesús, que domináis sobre todo,
evitad que Lucifer se apodere de nosotros:
a él nada queremos devolver ni pagar.
¡Hombres, no os burléis de todo esto,
mejor rogad a Dios que se digne perdonarnos!
y florecen mientras crecen separadas;
hasta que un día, las tres se encuentran en un lugar,
y al encontrarse, se echan a perder las unas a las otras.
Y son estas tres: la madera, la hierba y el niño.
La madera es la que sirve para árbol de la horca,
la hierba para trenzar el lazo del verdugo;
el niño, pillete guapo, te toca a ti.
Fíjate, hijo del alma, mientras no se reúnan las tres
reverdece el árbol, el cáñamo crece, corre el niño;
pero cuando se juntan, se pudre la madera,
se desgasta la soga, y se asfixia el niño.
Ven en paz, y guárdate en mí, y roguemos
que no nos aparte el día de ese encuentro.
(Para más informes, consulta la página de EL ÁNIMA DE SAYULA, primera revista digital de literatura humorÍstica, satÍrica y de mal gusto):
http://perso.wanadoo.es/elanimadesayula/
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