Marc Quinn (n. 1964) es el cuarto o quinto escultor integrante de los Young British Artists cuya obra se muestra en este blog. La búsqueda del escándalo y el uso de materiales extremos hacen de los artistas plásticos de ese grupo excelentes prospectos para salir en nuestra sección más podrida y nauseabunda, la dedicada al arte hecho con cadáveres y restos de muertos.
Pero Quinn no trabaja con muertos, sino con flujos extraídos a los vivos. Para su obra Self (1991), utilizó cuatro litros y medio de sangre que se extrajo durante un período de cinco meses. Vertió la sangre en un molde en negativo de su cabeza y congeló el conjunto. La cabeza sangrante se expuso en un contenedor de cristal ubicado sobre una unidad refrigerante, primero en 1991, y más tarde en 1992, en la Galería Saatchi.
Otras esculturas suyas son versiones gigantes de criaturas sacadas de los libros de biología y anatomía: flores, cristales, embriones...
...o hiperrealistas retratos de la gente que camina por las calles.
Zombie boy (2011):
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